En casa éramos tan pobres que en lugar de cascabel mi gato tenía que llevar una
serpiente de cascabel enroscada al cuello. Encima se peleaban por los ratones y al final... El uno por el otro, la casa sin barrer.
(Publicado en el núm. 5 de la revista Don).
Qué bueno!! A ver cuándo haces otro ultrashow, Miguel!!
ResponderGracias por el blog