¡Mira, mira, mira! ¿Ves esa línea discontinua?... ¡En realidad, su brazo llega hasta ahí! O sea... ¡
No tiene antebrazo!... Se lo amputaron el domingo por la tarde, pero es un secreto; se ha puesto una escayola para que nadie se entere; le da
vergüenza admitir que tiene un muñón... Cuando le preguntan, dice que se ha roto el cúbito haciendo
capoeira. ¿Y esos dedos que asoman al final del yeso hueco? ¡Son salchichas Frankfurt!... ¡Qué presumido!
(Publicado en el núm. 2 de la revista Don).